Seguramente has visto alguna vez la imagen de tres monos que están sentados juntos, uno se tapa los ojos, otro las orejas, y otro la boca. Algunos los llaman “los monos sabios”. Hoy vamos a hacer un recorrido por diferentes culturas y religiones de Asia para acercarnos al significado de esta imagen.
Nos detenemos en esta imagen porque es una típica imagen oriental. En extremo oriente, todos reconocen esta imagen y ha venido a ser en occidente una imagen de la sabiduría tradicional asiática. Pero lo curioso es que es una imagen en la que confluyen diferentes tradiciones religiosas orientales.
Cuando pensamos en las religiones orientales, todo nos parece antiquísimo. Los occidentales que sabemos poco de oriente pensamos que en Asia no tiene historia, que todo apareció al mismo tiempo en un pasado invariable. Muchos piensan que en oriente todo es igualmente antiguo, pero no es así.
“Los tres monos sabios” (Sanbiki no saru) son una imagen que se ha hecho popular por un santuario de Japón. En el siglo XVII, el artista japonés Hidari Jingoro grabó en la puerta del establo de los caballos sagrados del santuario sintoísta Tosho-gu, en Nikko, tres macacos japoneses que representan una máxima de sabiduría: “No mires lo que es malo (cuyo nombre es Mizaru), no escuches lo que es malo (que se llama Kikazaru), no digas lo que es malo (Iwazaru).” [Hay un juego de palabras en japonés que no sé cómo traducir. La forma negativa de los verbos “no mirar”, “no escuchar” y “no decir”, que está expresada mediante la terminación “-zaru” con la que se forma el nombre de los monos, suena a los japoneses como “saru”, es decir, “mono”.] El santuario se construyó en 1617, pero el santuario que hoy vemos se reconstruyó casi completamente en 1636. Para que nos hagamos idea, en 1605 se editó la primera parte de Don Quijote de la Mancha y en 1615, cuando se editó la segunda parte, faltaban aún dos años para que se construyera el primer santuario.
Para conocer la cultura oriental es conveniente saber que, aunque cada país tiene sus propias tradiciones, a lo largo de la historia ha habido una interesante comunicación entre ellos. Así “los tres monos” tienen una historia que hunde sus raíces en la cultura oriental. Para empezar, aunque el santuario Tosho-gu es sintoísta, la actitud sincrética típica de Japón hace que se mezclen elementos de la religión budista con el sintoísmo. (Por eso se puede ver una pagoda budista en un santuario sintoista). De hecho, la máxima “No mires, no escuches, no digas” llegó probablemente a Japón, con el budismo Tendai, la escuela budista que se estableció en Japón en
el año 806. Esta escuela proviene de la escuela budista Tiantai de China y hay que tener en cuenta que el budismo es una religión originaria de la India.
Pero no basta con conocer el budismo y su historia para entender la imagen de los tres monos. De hecho la frase que representan parece tener su origen en las Analectas, un libro que se atribuye a Confucio pero que recopila textos sapienciales del confucionismo y se acaban de compilar en la época de la Dinastía Han (entre el 206 a.C. y el 220 d.C.) Allí está escrito: “No mires lo que no es apropiado, no escuches lo que no es apropiado, no digas lo que no es apropiado, no hagas lo que no es apropiado.”
Para acabar de complicarlo, la religión que dió origen a la representación japonesa de esa frase confucionista por medio de tres monos es la religión japonesa Koshin, que une al taoísmo chino influencias sintoístas, budistas y de religiones locales japonesas. De modo que, en esa imagen, se resume toda una serie de influencias culturales, religiosas y de pensamiento que hace que en muchos lugares de oriente se reconozca su sentido moral. De hecho, es famosa la copia que tenía Gandhi, que se definió a sí mismo como hinduísta advaita, de la imagen de los tres monos.